Y es que creo que con las tres semanas de ajetreo personal y profesional que llevo, estas vacaciones que comienzo en breve son como un salto al vacío, un paréntesis en negrita. Quiero no conectarme a internet, que no haya cobertura y ver sonrisas de niños. Cuando vuelva, espero ser un poco más realista, relativizar aun mas la vida y los problemas y renovar mi espíritu de ayudar. Además estoy seguro de que cuando vuelva, habrá cosas que difícilmente hayan cambiado:
- La prima de riesgo seguirá por las nubes y la gente preocupada sin saber exactamente lo que es.
- Los políticos seguirán insultándose y los medios cubrirán las noticias que generen como si realmente nos importara.
- En los bares sonará música latina sin parar (Que peñazo!)
- José Mourinho habrá insultado a algún dirigente de equipo modesto y seguirá llamándose guapo en el espejo. La historia nos ha demostrado que los osados, los imbéciles y los maleducados tienen más incondicionales que los honrados y con perfil bajo.
Lógicamente espero que hayas cosas que cambien aunque, como siempre pasa con estas cosas, estarán más en mi ámbito que en el de los demás:
- Espero hablar más con la gente que me importa y menos con la gente que no me importa. (ésto es voluntario, realizable).
- Espero querer más a la gente que me quiere y menos a la gente que no lo hace. (ésto es involuntario, difícilmente realizable).
- Espero quejarme menos.
- Espero tener más ganas de trabajar, estar más motivado para poder ejercer mi trabajo en plenitud.
- Espero traer mermelada de la cooperativa de Cassamance y venir con fotos de un huerto plantado y operativo en Dindefelo.
- Espero que Paco se quede prendado de África.
Besos a África.