jueves, 18 de junio de 2015

Lugares: Cerdeña.

10 días en Cerdeña dan para mucho. Allá voy, ha sido intenso, Cerdeña es mediterránea y poco explotada, como si fuera la costa española hace 40 años, campos de trigo y bosques de alcornoques, olor a pino, pueblos remotos y desarrollo justito. He encontrado algunos sitios sorprendentes más allá de los clásicos, conduciendo un fiat 500 diminuto fuera de ruta 1800 km en una isla de 300 por 200.

NIALA

Un hayedo estupendo, cerca de Saddali, en la carretera que va desde Arbatax a Mandas (en el sudeste) y al interior, de las playas recónditas al clima continental. En mitad de la nada, una carretera que discurre paralela a un tren de montaña increíble y, 5 km más allá, en un giro a la derecha, se adentra 5 km en lo más profundo de un bosque mediterráneo, líquenes y hayas y un río de cuento. Un bocadillo de salami y pecorino en la más absoluta nada, con cuevas fluviales y agua cristalina, me sabe a gloria. Miro al infinito y me siento observado.


LA PELOSA

Alghero, noroeste, es la ciudad catalana de Cerdeña, donde se aprecia una fuerte identidad cultural con nuestra Cataluña. Es una ciudad turística completa, de corte antiguo y mar amplio, de puerto excelso y paseos profundos, comedida y resultona. Casualidades del destino, es durante mi estancia sede del Rally Sardegna del WRC, muestra de la potencia turística de la ciudad. Al norte de Alghero hacia Córcega y el infinito, Capo Caccia, Porto Conte me asombran, aguas cristalinas y acantilados gigantes, karst vertical pero aun más al norte, donde huele ya a Francia me asombra la playa de La Pelosa, al norte de Stintino, con agua verde cian y azul. Camino sobre las aguas y hago snorkeling en el horizonte de la poseidonia, en el límite de los colores. Absolutamente extasiante, los colores apestan, el sol se puede palpar, sinestesia, fluencia.



ORGOSOLO

Ok, playa y monte, pasta y vino, pero, ¿como es Cerdeña? Bueno, Cerdeña es muchas cosas, sin duda, pero el ámbito rural es un ámbito duro y antiguo de tascas oscuras y mujeres vestidas de negro, de polvo y carreteras redondeadas. El sardo es un idioma con muchos dialectos pero se supone que en la provincia de Nuoro es donde se puede encontrar en estado puro. Y al lado de Nutro (bueno, al lado son como 20 km y media hora de curvas) entre viñas y pinos, en una ladera remota, Orgosolo, pueblo lineal y agreste donde los jóvenes llevan el pelo rapado y las mujeres no entran en los bares. Gente a caballo, alcohol y masculinidad. Y murales: Por alguna extraña razón las paredes están decoradas con impresionantes murales que dotan de modernidad y revindicalismo a un rincón realmente anclado al pasado.



INGURTOSU

Y por acabar de mencionar 4 sitios (y no 40), un poco de un pasado industrial que hoy parece remoto. Cerdeña, como España, parece anclado a los sectores primario y terciario, despreciando la manufactura y la industria. Sin embargo, en el sudoeste, cerca de Iglesias, surgen las antiguas minas de plata, edad de oro de una zona que hoy ha dejado unos paisajes lunares y pueblos abandonados realmente recónditos, espejo de la historia. Ingurtosu es una maravilla inesperada (gracias Laura Mura por el consejo), un brote de belleza invadida por la vegetación, casas como palacios y minas difuntas. Más abajo Spiaggia Piscinas, kilometros de arena y dunas para mi y cuatro afortunados más. Me siento plácidamente unido a la naturaleza y a la historia. Como Spaghetti a la Bottarga (huevas de lubina) en Buggerru sintiéndome especial.



Y mucho más, claro, las ciudades, la comida, la cerveza, las enotecas ... todo. Cerdeña es como un continente italiano basto y singular, único. Una espinita: Cala Goloritze, donde no pude bajar por la lluvia pero que será una disculpa para volver.

Y por último, la gente. Vuelvo con el corazón lleno de la gente conocida. Laura, Ettore, Helena, Francesca, Laura Mura y otros, muchas gracias. Es por vosotros que siento este viaje especial. Volveré.