jueves, 30 de junio de 2016

Lugares: Sur de Africa (1)

Una de mis frases favoritas que oí ya hace tiempo es que África no es un país. Las diferencias son enormes. Cuantos más países visito mas tengo la sensación de que mi amado Senegal está bastante peor que el resto que conozco y que, asimismo, las colonias británicas se encuentran más desarrolladas que las francesas. Esta vez he conocido cuatro países, Sudáfrica, Zimbabwe, Botswana y Namibia. A nivel de desarrollo mi impresión (simple, somera y posiblemente equivocada ya que es solamente de una pasada) es que Zimbabwe y el norte de Sudáfrica, la región de Limpopo, están peor que el resto. En el otro polo una sorprendente Namibia, desértica y tranquila, y Ciudad del cabo, un pedazo de Europa en esa esquina del mundo. Como han sido 28 días, trataré de ir escribiendo poco a poco, sin atosigamientos... demasiadas emociones, aventuras. Mochila, carretera y naturaleza, desierto y sabana, ciudades enormes, negros y blancos, zulus, ndebeles, afrikaans y otras etnias. Mucho no, muchísimo. Transportes eternos, desayunos ingleses, maíz y arroz.

GAUTENG Y LIMPOPO

Johannesburgo es una especie de monstruo sin cabeza, con el centro invadido por la miseria. 7 millones de habitantes, la mayor ciudad de todo el sur de Africa, el mayor aeropuerto de Africa por numero de pasajeros, un polo de desarrollo industrial y barrios que bien podrían recordarte al Reino Unido (como Sandton) contrastan con unos slums (villas miseria) brutales, rotundos, gigantescos (como alexandra). El centro, otrora corazón de la ciudad hoy es el intestino. Caminar por allí (y por el centro de Polokwane, en Limpopo) es viajar por el peor tercer mundo, el de la gente hacinada, el del paro absoluto, el de las multitudes ociosas. Bien cerca, a kilómetros, mucha gente muy rica. Muy, muy rica, llamativamente rica. Porsches, Ferraris, Maseratis, tiendas de lujo etc... Este cocktail da ciudades con altas tasas de crimen donde, paradojicamente, nunca me sentí en peligro. Mis sonrisas siempre encontraban otras sonrisas de vuelta. Es casi necesario llegar a Johannesburgo para recorrer esta parte del mundo por sus conexiones aéreas pero todo recomienda moverse rápido de allí. Yo no. Dedícale dos o tres días, es una paradoja de la sociedad desigual post apartheid que merece ser visitada.

Al norte Polokwane, una versión txiki de Johannesburgo, apenas dos calles de centro deshecho y varios kilometros cuadrados de suburbios afrikaaners (descendientes de holandeses, blancos y rubios) ricos, en mitad de la ruta hacia Zimbabwe. En la frontera, en Beit Bridge, el inframundo, una marabunta de gente en una noche de invierno austral, nido de necesidad y desorden. Al otro lado, el reino de Mugabe, Zimbabwe, la antigua Rhodesia.

En ambas ciudades se jugó la copa del mundo de futbol de 2010, orgullo sudafricano y español.

ZIMBABWE

Un pais extraño hasta en su nombre. De rancho de Cecil Rhodes (colonizador inglés que dio nombre al pais, antigua Rhodesia) a reino del eterno y dañino Robert Mugabe que a sus 92 años lleva 36 en el cargo. Si uno lee la biografia de Mugabe encuentra paralelismos con la de Mandela antes de llegar al poder: Preso político que llama a la reconciliación. Sin embargo, después, la dictadura, la limpieza etnica, la corrupción y consolidar Zimbabwe como uno de los paises más pobres de la zona, lejos de sus vecinos y solo comparable a Mozambique, le han puesto en el lado opuesto al gran Nelson Mandela: Es un dictador corrupto y abyecto. 

Recorro Zimbabwe de sur a norte, Beitbridge, Bulawayo, parque nacional de Matobos, parque nacional de Hwange para terminar en las imponentes cataratas Victoria, aquellas que descubrió Livingston y donde construyeron el único puente sobre el rio Zambeze que hace frontera con Zambia. Recorrer el pais es una ligera odisea, con unos transportes públicos lamentables, 16 personas en una Nissan Vanette (por ejemplo), horas en los cruces de caminos y tiempos de espera donde todo transcurre despacio y entre polvo y plástico; Sin embargo, todo ese tiempo me permitió hablar con la gente, conocer sus sonrisas, sus comidas (esa especie de masa a base de maiz), sus vestidos, sus niños. Y su forma de vida, sobre todo eso. 

Matobos es un paisaje lunar. Perseguimos el Rinoceronte durante un tiempo pero no llegamos a verle. Las rocas de este maravilloso parque parece el lego del hijo de dios, algo así como un capricho lunar por la disposición de las rocas primigenias. Una joya desconocida. Más al norte Hwange ofrece safaris y animales pero de una manera más dura y menos impactante que mi amada Kenya y su Masai Mara. En el último instante vimos una leona intentar cazar un facócero y ese momento compensó tres horas bastante tediosas. Por suerte en Chobe, en Botswana, me vengué con una observación de fauna mucho más potente e impactante (ya lo contaré cuando toque).



Y a pesar de los pocos animales que pudimos ver, en Hwange había luna nueva y me permitió observar el mejor cielo estrellado de mi vida. Ese cielo austral está en mi retina, la cruz del sur, estrellas fugaces entre babuinos, impalas y cebras, con un sandwich de jamón york y una cerveza lager. Fue realmente especial.

Más al norte, Victoria Falls, algo realmente deslumbrante. Algunas magnitudes de este prodigio de la naturaleza: Casi un km de ancho, 100 metros de caida, frontera de cuatro paises, en el singular y enorme rio Zambeze. Hay tanta agua golpeando tan fuerte que rebota varios centenares de metros y dependiendo del aire es la mayor tormenta que puedes imaginar. Es cabalgar un arco iris que sube de abajo arriba, un sitio realmente imponente alrededor del cual se ha creado una burbuja de prosperidad dentro de Zimbabwe donde funciona todo, los bancos, las tiendas, los transportes, el aeropuerto... en definitiva uno de esos sitios que justifican días de viaje hasta llegar. 


Todo Vic Falls (el pueblo del lado Zimbabwe se llama como las cascadas) es turismo y oferta de actividades. La que realmente no te puedes perder es el crucero al atardecer por el Zambeze, con los Hipopótamos, los cocodrilos y un sol rojo que casi daña a la vista y que desde entonces soporta mi perfil de facebook.

Más adelante la prospera y pacífica Botswana. Pero esto ya es otra historia.