sábado, 14 de diciembre de 2013

La triste historia de Steve Bartman

El deporte es tierra de mitos y leyendas, pero también de historias sorprendentes, héroes repentinos y luchas por la superación. En mi memoria, el gran Gebreselassie venciendo a Tergat en Sidney, la victoria del United frente al Bayern en el descuento para ganar la Copa de Europa, forman parte de mi inventario de historias increíbles, épicas. Sin embargo, de vez en cuando, es la mayor hoguera para algún desdichado que comete el peor fallo en el peor momento, convirtiéndole en un golem de por vida. ¿Quien no recuerda a Djukic con las manos en la cara, hundido,tras fallar el decisivo penalti en el último minuto del último partido de liga, que costaría al mítico Super Depor de Bebeto, Fran y Mauro Silva un titulo de liga? La mayor de las crueldades, sueños rotos desperdigados por áreas concretas de este mundo. Nadie, que yo recuerde, se puede comparar a Steve Bartman en fatalidad y crueldad.

El beisbol es el deporte de verano en América, realmente el deporte nacional, con permiso del fútbol americano. Es el deporte más tradicional, el de más historia en un país que adolece de pasado. Babe Ruth, Joe Di Maggio, Jackie Robinson, forjaron la leyenda de un deporte que a los europeos nos resulta tedioso y lento, dominado por las estadísticas, durante tres horas y media cada partido, plagado de pausas. Los equipos juegan 160 partidos de temporada regular (prácticamente a diario), avanzando a playoffs en dos conferencias independientes hasta llegar a las Series Mundiales que enfrentan a los campeones de cada conferencia, a finales de octubre.

Corría el año 2003. Los Chicago Cubs dominan la final de conferencia frente a los Florida Marlins por 3 - 2, jugándose al mejor de 7. El sexto partido debería suponer el paso a las Series Mundiales del equipo de la Windy City que, por entonces, lleva 95 años sin ganar el titulo y 58 sin acceder a las finales. El partido se juega en Wrigley Field, el estadio vetusto de Chicago, la ciudad de Capone, Jordan y Obama, y el ambiente es brutal. Una ciudad y un sueño: Practicamente nadie en la ciudad ha visto ganar el torneo a su equipo y muy pocos han visto a los Cubs en las Series Mundiales. Campo lleno a reventar. Afuera una multitud viendo la tele y la radio atesta las calles colindantes. 

En la octava entrada (de nueve, los equipos se turnan para batear durante nueve turnos) los Cubs dominan 3 carreras a 0 a los Marlins. El pitcher de los Cubs, Mark Prior está a un nivel exquisito, eliminando jugadores sin piedad y se palpa el éxtasis.... Solamente dos entradas más para acceder a las finales, el campo está enervado, nervioso, feliz... hasta que ocurrió el incidente mas desdichado.

El segunda base de los Marlins, Luis Castillo, que luego fuera tres veces all star, golpea la bola que sale hacia el cielo y hacia atrás. Para aquellos que no conocen este extraño y pegajoso deporte, un bateador solo se pone en juego, avanzando a base, si la bola, tras batear, toca el suelo hacia delante, dentro del recinto romboidal que define el campo, antes de ser recepcionada por la defensa. Si ésta es atrapada "al vuelo", el bateador queda eliminado. Cuando tres jugadores quedan eliminados, se termina el turno de bateo. 

Como iba diciendo, la bola de Castillo sale altísima y hacia atrás. Si sale del recinto, será una falta (ha salido hacia atrás, si sale del recinto hacia adelante, es un Home run, materializando una carrera), se contabiliza como strike y el bateador tendrá una oportunidad más. Sin embargo, si la bola es capturada por la defensa sin tocar el suelo, será eliminado. Capricho del destino, la bola cae justo al borde del recinto, hacia el público con el left fielder de los Cubs Moises Alou persiguiéndola, y, en ese instante, Steve Bartman, un aficionado de toda la vida de los Cubs, se levanta de su asiento e intenta coger la bola, lo cual en el rito del béisbol es lo más común. Se anticipa a Alou que, en un escorzo y por centímetros, sobre la barandilla que delimita el recinto, finalmente no la atrapa. Es falta, Castillo seguirá bateando. Alou, desesperado, tira el guante con rabia, gritando. Bartman enseguida se da cuenta: ha impedido eliminar a un rival. El estadio enmudece. En el siguiente bateo, Castillo golpea y avanza. Los Marlins siguen bateando y los Cubs se diluyen como el azúcar, con un enorme error del shortstop Gonzalez en una recepción que hubiera eliminado dos bateadores, también en la lista de infamias. Los Marlins completan ocho carreras en esa entrada, igualan la eliminatoria 3 - 3 y rematan a los Cubs en el séptimo partido en la soleada Florida. Acaban ganando el titulo frente a los New York Yankees en las finales. Medio Chicago (tienen dos equipos de béisbol, los citados Cubs y los White Socks) se deprime profundamente.

Tras el increíble incidente, Bartman permanece sentado inmóvil, con su gorra de los Cubs y sus cascos, mientras literalmente le señalan con el dedo, le dirigen improperios y le tiran vasos de coca cola. La televisión le enfoca sin piedad, apocado, hundido en su asiento con la mirada en el vacío. La seguridad privada trata de proteger su integridad física. La otra integridad, la de su amante e hincha devoto de los Cubs, nunca volverá. Jamás volvió a Wrigley Field. Su nombre es el más odiado y recordado y señalado como el principio del fin. Tras años de acoso en Chicago, el pobre Steve tiene que abandonar la ciudad y pasar al anonimato, abandonar su vida. Nunca dejará de ser fan de los Cubs, triste paradoja, en algún remoto y desconocido lugar, ese histórico equipo del que ya es historia a pesar suyo. Su imagen impertérrita y atrapada, inmóvil, con toda la grada mirándole e insultándole , estremece. Un alma en pena contra una ciudad entera. Muchos sueños rotos pero sobre todo, el suyo. En la lejanía, algún día los Cubs volverán a ser competitivos, ganaran unas Series Mundiales, un siglo y pico después, y el bueno de Steve, desde tan lejos, enfrente de su televisor, con una cerveza y algo de picar, sonreirá, plácido, contento.

Años más tarde, la ESPN rodará un maravilloso documental sobre el llamado "incidente Bartman", del que cuelgo una parte, central, que definen lo que pasó en la noche más oscura de los Cubs. En Youtube está el documental completo, que es maravilloso










El deporte da y quita, normalmente a los deportistas. El pobre Steve no era más que un hincha al que una bola cayó desde el cielo, enviándole al infierno.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Ingenieros en tiempos revueltos

Hoy no ha llovido en San Sebastian, tras 40 días grises (más o menos). Un motivo cualquiera para reflexionar sobre mi profesión, Ingeniero de caminos.

Sobre la obra publica, su función, la toma de decisiones

La obra pública, en manos de políticos sin visión alguna más allá de las siguientes elecciones, es carnaza. La parte más importante de una obra debería ocurrir años antes, cuando mediante estudios serios e independientes se decida en función de la rentabilidad social y económica si se hace la obra o no y, en caso de ser que si, que obra se hace. ¿Parece obvio, no? pues normalmente no es así. El plan de AVE más reciente que recuerdo llevaba el tren-a-toda-pastilla (Alta velocidad, tras el accidente de Santiago, es un concepto voluble) a todas las capitales de provincia. ¿Que análisis serio soporta esto? solo el del político débil y manipulador que pretende contentar a todos.

Una obra pública debe suponer un valor añadido a la sociedad en términos económicos, de tiempo, de saneamiento, de seguridad, comparándose dicho valor añadido a su coste, también estimado éste no solo en términos económicos, sino medioambientales y otros. Como técnico, creo que es hora de que nosotros defendamos nuestro trabajo, aplicando nuestro criterio y conocimiento y diciendo que no a aquellos políticos que pintan con un bolígrafo en un mapa por donde quieren su autopista o su red de regadíos. Y, por supuesto, nos merecemos un colegio profesional independiente, pero, nosotros podemos hacer lo que a cada uno nos toque, para no devaluar aun más nuestro oficio y no reducirnos a compradores de precios o calculistas de muros, sino a técnicos que podamos ayudar a nuestra sociedad. Como todos los grandes cambios, éstos comienzan con actitudes pequeñas.

Licitaciones justas, el tiro en la rodilla

Todos los agentes que intervienen en una licitación de obra pública, aparentemente salvaguardada por una ley de contratos, consideran el sistema injusto y viciado. Todos (contratistas, consultores, técnicos de la administración, proyectistas…) menos uno: el político que toma la decisión. Porque, señores, tras un aparentemente justo sistema de licitación público y salvaguardado por la ley de contratos en el que las empresas concurren valorando económicamente el contrato, presentando mejoras, evaluando el plazo, presentado modos de ejecución y procedimientos, tras unas fórmulas que aparentemente valoran todo esto y deberían dar un ganador como un churro saliendo de la maquina, la decisión la toman los políticos, amparados en una mesa de contratación. ¿Como? hecha la ley, hecha la trampa, sin más detalles. ¿Consecuencias? el contrato queda irremediablemente viciado desde cero, sujeto a modificaciones presupuestarias prepactadas, sin criterios básicos, con ofertas deficientes. Un tiro en la rodilla antes de correr una marathon.

¿Como resolver esto? es imposible a corto plazo pero yo abogo por subastas cualificadas. El ganador debería ser el más barato (o el más rápido, depende del tipo de contrato) que cumpla unas premisas de capacitación impuestas.

Plan bolonia. ¿Ingeniero superior = Master?

Mi carrera fueron 6 años, que terminé en 7. En esos tiempos (me licencié en 2002) ya había unas cuantas escuelas que ofertaban la carrera en cinco (creo recordar que el total en España eran 9). Con el plan bolonia desaparecen las Ingenierías Técnicas, que antes tenían una duración de tres años, y también las superiores, típicamente de 5 para pasar a existir dos niveles de cualificación: El titulo de grado, de cuatro años (o créditos equivalentes) y el master universitario, de dos años más. El colegio de ingenieros de caminos está en plena campaña para la adecuación del titulo de Ingeniero superior a un master universitario, encontrándose la oposición de las autoridades en materia de educación.

Mi opinión es simple y se resume en dos puntos:

a) No podemos pedir que se nos equipare a master solo por haber estudiado uno o dos años más del titulo de grado ya que el máster no son solamente dos años, sino que comprende una especialización, algo similar a un doctorado y una formación especifica. El principal argumento del colegio es comparar los años de estudio como en una balanza de pesar fruta, sin prestar atención a los deficientes planes de estudios que atendimos en universidades endogámicas y manifiestamente mejorables.

b) El que es ingeniero de caminos lo va a ser toda la vida, nunca será ingeniero civil, y viceversa. Encontraremos más competencia en oposiciones y, al acudir al extranjero, tendremos que dar explicaciones complementarias. Nada de esto me parece demasiado importante.

Aprovechando que el Ebro pasa por Zaragoza (ya está bien del Pisuerga, ¿no?), casi todos los ingenieros técnicos están haciendo cursos complementarios que les permiten acceder al titulo de grado. Existen universidades que en busca del negocio lo dan online, semipresencial (pero muy muy semi, sin casi acudir) y en unos meses, devaluando la obtención de dicho titulo, cobrándolo básicamente, lo cual es claramente denunciable. Hoy en día son cuarenta y tantas universidades las que ofrecen el titulo de grado, conduciendo inevitablemente a su devaluación, en plena competencia por el alumno, como los monos por una galleta. Lo de Universidad (universal, convivencia, multi cultural) es otro tema, quizás aun más lamentable, en cada pueblo, en cada esquina.

http://yaq.es/carreras-universitarias/ingenieria-y-arquitectura/ingenieria-caminos-canales-y-puertos-ingenieria-civil

Sé que soy poco corporativo en ésto pero es que si no paramos de devaluar nuestro oficio, ¿que podemos esperar del resto? El día en que volvamos a ser respetados, nadie se preocupará de si somos máster o no.

Ingenieros por el mundo

Un amigo en Colombia, otro en Abu Dhabi, otro en Singapur. Un compañero de trabajo, a Ecuador. Otro pensando en México, otro marchó a chile hace un tiempo, al igual que el hermano de un amigo, también ingeniero, que ahora está en Irlanda. Es un listado interminable. Los ingenieros que conozco, normalmente son más que aptos, son managers en sentido amplio, con conocimientos multi disciplinares y capacidad de trabajo. El auge de las constructoras y empresas de ingeniería de este país ha ido de la mano de aquéllos ingenieros que son capaces de llevar una obra desde cero equipados con un portátil y un móvil. En USA serían Managers de primer nivel, aquí jefes de obra o de grupo. En ésto si que creo que somos punteros. Que las obras no sean rentables socialmente no significa que las constructoras son más que capaces de hacerlas y los técnicos de dirigirlas y asesorarlas, con unos controles de costes y calidad amplios y precisos. Las obras se hacen muy bien, a pesar de contratos viciados, adjudicaciones dudosas y proyectos mejorables. 

Fruto de esta capacidad desarrollada, tenemos grandes empresas de construcción y de ingeniería. Pero la gran paradoja es que las obras que hicieron, tan bien, como uno más de los factores, condujeron a este país a una crisis que ahora les expulsa. Ocurre también con investigadores y otras profesiones, me cuentan, y el hecho es que estamos perdiendo a grandes profesionales, cualificados como el que más. Es una catástrofe. ¿que hacen los políticos? Pues entre nada y menos que nada. La parálisis de la obra pública tampoco ha atendido a ningún tipo de criterio, como debiera haber sido. Si una obra es rentable, hágala, es inversión, en cualquier situación. Si no lo es, no la haga, es dispendio, en cualquier situación. Y defienda a sus profesionales. Esperanza Aguirre, como salida a los profesionales, ofreció clases de alemán. Te quiero, cariño, pero ahí está la puerta.

Conclusión

Elegí este oficio de manera inconsciente, con 18 años, y a medida que pasa el tiempo, lo voy queriendo, poco a poco. A algunos os parecerá que soy demasiado crítico y, quizás lo sea: Es lo que pasa cuando se quiere algo a pesar de no gustar.

Firmado: Un ingeniero cualquiera, a veces un gladiador, por increíble que parezca, mientras corres como si te llevara el viento.




domingo, 1 de diciembre de 2013

Cuentos de diciembre

Aquel adolescente seguía perdido en el extenso campo de cereales rojizo. El viejo pueblo de casas de adobe donde se habían mudado un buen día de febrero, presos liberándose del estrés, no debía andar muy lejos pero cuando dio la segunda vuelta al camino, se desorientó. El paisaje de páramos y pedregales era parecido en las cuatro direcciones vitales y, aún tranquilo, se sentó debajo de un árbol e intentó razonar. 

El tiempo empezó a mudar su traje y el calor apretaba. El camino cada vez se perdía un poco más y pujaba ligeramente hacia arriba, lo cual no era buena señal, pero por algún extraño motivo en ese erial donde hacía siglos migraron los romanos, esclavos y gladiadores, las señales le incitaban a huir hacia adelante, a seguir la travesía y, quizás, desde un punto alto que alcanzara, divisaría un horizonte nuevo de gominolas y carmín. Caminó y caminó, comiendo moras y bayas, y, de repente, tratando de volver la vista atrás, no veía sitios conocidos, las acequias no llevaban agua y el mundo nuevo le resultaba diferente. Penetrando en fincas, saltando vallas y abriendo sendas, los arboles estaban como roídos, medio secos, y en aquella zona alta del páramo gris no solo se sentía el frío sino que el paisaje era feo y desolador, con matojos bajos, ortigas y salamandras. El miedo empezó a atenazarle y decidió detenerse y esperar la muerte sentado sobre un pedrusco recubierto de musgo, azotado por el frío y los recuerdos.

Mientras tiritaba, comprendió su fatal destino: Nunca sería capaz de desandar el camino y comprendió también, mientras se rendía, que la aventura que añoró en su momento sería su final. La verdadera felicidad la rozó cuando, tranquilo, estuvo acompañado, recogiendo setas y besando sus labios de vino.

Y entre estertores y murciélagos, en la mas profunda soledad, atravesando la noche más larga, de repente, llegó ella, abriéndose paso, valiente y vivaracha, montando una bicicleta negra urbana, con un punto de locura e inconsciencia, le cogió de la mano y bajaron el sendero. La casa, su casa de adobe rojo, su morada, de donde nunca debió salir, estaba increíblemente cerca en el espacio pero lejos en el tiempo y, con el corazón abierto, por fin rompió a llorar. Cerró por dentro y le entregó las llaves. Su regazo era el cojín para un alma con esquinas.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Parques Nacionales de Kenya. Somos unos animales

Lo somos. Además del disco de Extremoduro del 91, con la gloriosa "quemando tus recuerdos" entre sus canciones, me parece una sentencia absoluta y vital que no es tampoco, tan evidente. La filosofía, la psicología, la medicina y otras supuestas ciencias han tratado de explicar nuestra esencia durante siglos, la existencia de Dios, el significado de la muerte, los caminos a la felicidad…, todo, y, sin embargo creo que en el fondo somos unos animales con ciertas virtudes y ciertas taras. Supervivencia propia y de la especie, sexo, comida, bebida y amor. Y nada más. Como los impalas, los leones o los elefantes. Visitar los parques nacional de Lake Nakuru y Masai Mara, observar las pulsiones y la organización social de diversas especies, tan distintas como el búfalo o el dic dic (perdonad, pero no sé el nombre en ingles, un diminuto plantígrado, similar a una gacela pero mucho más pequeña, que vive en pareja toda la vida y mueren en pareja, en un intervalo de tiempo muy corto) me hace reflexionar sobre la nuestra. Nos creemos civilizados y dominantes, desarrollados, más inteligentes y, en definitiva, superiores respecto al reino animal pero quizás no lo seamos y estemos por este mundo en nuestra manada y en nuestra familia, sobreviviendo, protegiendo a nuestros hijos, deambulando porque no nos queda otro remedio, estando simplemente predestinados a ello. Somos unos animales. En el viaje a estos dos maravillosos parques nacionales, la observación de fauna alcanza un punto culminante. Entre este viaje y el del año pasado (nostalgia extrema) a Península Valdés he visto especies fantásticas en su hábitat y es precisamente las pequeñas cosas, la organización social de las especies lo que de verdad me ha maravillado y sorprendido.

El Impala

Fantástico plantígrado, del tamaño de un corzo, de piel rojiza. El macho alfa, dominante, vive con todas las hembras del grupo. Por otro lado, el grupo de los solteros no se separa mucho de esa posición pero tampoco se acerca para no desatar las iras del macho alfa, el más fuerte. Por primavera llega la época del apareamiento y el macho alfa trata de montar a todas las hembras, acabando reventado. Es en ese momento cuando el más fuerte (y osado) de los solteros le asalta. Si le gana la pelea, lo cual suele pasar, se queda a todas las mujeres y manda al alfa con el grupo de los machos solteros.



Los grandes felinos. El León, el Leopardo y el Guepardo

El único que tiene organización social es el León, el más grande de todos, donde el macho es un vago redomado que duerme a la sombra durante 18 horas diarias y es la hembra la que se encarga de cazar para ella y para los cachorros. Durante el safari vemos tanto grupos con macho dominante como machos jóvenes, solitarios, que se trataran de ganar la vida como puedan antes de conseguir alguna hembra. También el último día un grupo de hembras y cachorros dan buena cuenta de una cebra. El Leopardo es solitario y tímido. Llegamos con la furgoneta a una manada de cebras y el conductor se percata de la quietud de éstas, mirando todas en una dirección. Se sale del camino hacia un pequeño cauce, en dirección a donde miran las cebras y allí está el leopardo, solitario, sigiloso. Son los grandes trepadores y pueden subir cualquier árbol lo que le viene muy bien a las hembras para proteger a las crías de los depredadores. De manera fantástica e impresionante, vemos un leopardo afilando los ojos encaramado a una acacia. Cuando llegamos con la furgoneta, baja por delante nuestro, habilidoso y sin hacer ruido. El guepardo es el sprinter, con sus patas desproporcionadamente largas es tranquilo y quieto, pero impecable, una leyenda. Vemos uno, descansando debajo de un arbusto, inmutable.

Un león joven, de melena poco rojiza, solitario.

El leopardo, sigiloso.

El guepardo con sus larguísimas patas y cola.


El Elefante

El mayor animal por peso de la sabana, medirán unos dos metros y medio hasta el lomo y debo decir que los esperaba más grandes, quizás por esa composición de lugar que se hace uno respecto a ellos, en la infancia. Viven en familia, no separándose mucho unos de otros con la cría siempre a pocos metros de la madre. Son entrañables y nos miran con aprehensión, en alerta, con una especie de inteligencia extraña (los felinos, apenas nos tienen en cuenta). La madre protege con la mirada a unas crías que son unos seres absolutamente preciosos, pizpiretos, agitando las orejas. Cuando una cría de elefante se queda huérfana, no sale adelante. Comen todo tipo de hojas y ramas que manejan con la trompa con una asombrosa habilidad, con movimientos suaves y coordinados, llevándolo a la boca. Que animal más extraño, como de otro mundo.



Jirafas y Búfalos

Los búfalos se mueven en manadas inmensas y cuando están solos son peligrosos. Los machos mayores llega un momento que ya no tienen fuerzas para seguir en la manada, peleando por las hembras y se retiran en grupos de 4 o 5. Son gigantescos y se defienden en grupo de los depredadores, actuando en conjunto. Las jirafas, también en manadas pero más cortas. Asistimos al cortejo de una Jirafa Masai macho (la más común; la Rothschild, en peligro de extinción está en Nakuru y existe otra, la denominada reticulada) a la hembra que consiste en agotarla físicamente corriendo detrás de ella, mientras otros machos menos portentosos esperan su turno. Cuando corren, con esas patas de más de dos metros, son graciosas, alcanzando gran velocidad a cámara lenta.

A la sombra. Es temporada seca.

El negro brillante de los búfalos es impresionante.


El Rinoceronte

De repente se oye un ruido. Me giró y alcanzo a ver un rinoceronte blanco en estampida que libra por los pelos una furgoneta de turistas. Nos movemos rápidamente hacia allí. El Rhino se acerca a otro y se quedan enfrentados mirándose durante un rato, a 50 metros de la furgoneta. Esperamos por si van a pelear pero al final no lo hacen. Solamente vemos rinocerontes blancos ya que el negro está en grave peligro de extinción (quedan 25 en todo Masai mara) y, además, son mucho más tímidos. Ambos son de color gris oscuro, pero esto apenas se ve ya que retozan en el lodo cubriendo enteros. la diferencia entre el negro y el blanco es la forma de la cabeza. En otro punto, una pareja y su cría pastan plácidamente, sin notar nuestra presencia. Apenas ven nada, solo sombras.

Para ver Rinocerontes, en Nakuru.

Y además, Flamencos (millones, tiñendo de rosa el Lago Nakuru), chacales, gacelas, topis, águilas, buitres, facóceros, elands (el mas grande de los plantigrados, del tamaño de una vaca y casi blanco ), cebras, hipopótamos, ñus, cocodrilos, antílopes de agua, avestruces… todo un mundo de especies en cruel armonía, ahí, detrás de la furgoneta. Algunas te miran, otras no y otras da la sensación de que ni te perciben. Quizás nuestra naturaleza sea amar, tener hijos y sobrevivir o quizás no… Una palabra no puede entrar dentro de su definición así que ni siquiera podemos decir lo que somos. Kenya en el corazón.

PD: Ten cuidado al pasar por el cuartel, no se te vaya a caer un botón.






sábado, 16 de noviembre de 2013

Kenya, Hell's Gate y Lago Naivasha

Al noroeste de Nairobi y no muy lejos, ( ¿100 km? ) está la ciudad de Naivasha, en el valle del Rift, territorio de los Kalenjin, tierra de corredores excelsos, de donde son aproximadamente 3 de cada 4 atletas de que, junto a los etíopes, arrasan en cada competición de máximo nivel, olimpiadas y mundiales. El valle del Rift es la tierra de Paul Tergat, Wilson Kipsang y Wilson Kipketer, a mas de 1500 metros de altitud tribus de pastores y paisaje de sabana. David Rudisha, El Orgullo de África, el más grande atleta en activo después de Usain Bolt no es Kalenjin sino Masai y no es coincidencia: la fisionomía del velocista (Y Rudisha casi lo es, empezó corriendo el 400) cuadra más con esa etnia que con la de los Kalenjin, mas finos y resistentes.

Naivasha es también el nombre del lago que se arrulla entre el volcán Longonot y el altiplano, donde habitan pelicanos, cormoranes, garzas e hipopótamos. Más al norte está el impresionante Lago Nakuru, patrimonio de la humanidad, donde habitan los rinocerontes, blancos y negros, a donde iría más adelante. En esta tierra habitan los citados kalenjin (que de manera más general viven más hacia el norte, hacia Eldoret y Kisumu) y los Masai, con sus vestidos rojos, sus orejas deformadas por los pendientes, sus collares y sus inmensos rebaños de vacas, ovejas y cabras. Apenas comen vegetales, solamente carne.



Cuenta la leyenda que en los alrededores del parque nacional de Hell´s Gate (La puerta del infierno) vivía hace 200 años una comunidad masai. Cuando el volcán Longonot entró en erupción mató a la mayoría en un infierno de lava, ceniza y temperaturas extremas. Los supervivientes, unos 50, huyeron a través del desfiladero valle abajo y se asentaron, asustados y dolientes, donde el terreno se lo permitió. Por aquel entonces el jefe de la tribu tenía una hija adolescente extremadamente bella, apasionante. En consonancia con las tradiciones, su padre la conminó a casarse con un anciano a lo que ella se negó. Tras discutir durante un tiempo y ella mantener la negativa, fue desterrada y obligada a caminar desfiladero arriba con el castigo añadido de no poder volver la vista atrás. La princesa, rota, emprendió el camino, obediente, pero tras varios kilómetros a través de las gargantas del valle, no pudo mas y por puro deseo de no olvidar a sus gentes, se volvió un instante. La maldición se consumó y quedó convertida en una inmensa roca. Esa roca está a la entrada del parque nacional.



El parque nacional se recorre en bicicleta, 8 kms de ida y 8 de vuelta en caminos arenosos, 4 euros de alquiler de una Mountain Bike que, en España, no valdría más de 20. La entrada está un kilómetro y medio antes de la roca volcánica mencionada que es propiamente, el comienzo de la sabana y del avistamiento de fauna. Zebras, Impalas (con su particular organización, por un lado el macho alfa y todas las hembras y por otro el grupo de solteros, a cierta distancia), Gacelas de varios tipos y Jirafas son fáciles de ver, pastando placidamente. Cuando con la bici nos aproximamos a una manada de búfalos, mi compañero me dice que, por si acaso, me prepare para pedalear a tope ya que estos impresionantes bóvidos tienen mala uva de vez en cuando. Por suerte están tranquilamente tirados en el césped y ni nos miran.  No logramos ver a los leopardos que son el gran depredador del parque junto a las águilas. El paseo en bicicleta bajo el sol ecuatorial es un contacto salvaje con la naturaleza. Me quemo el cuello y los brazos (Como no!) y, llegados a un punto, tras media hora de pedaleo entre animales y balsas de arena que me obligan a bajarme y empujar, toca caminar y bajar a las gargantas que recorrió la princesa masai, territorio de babuinos y monos que te miran con intensidad humana. Un grupo de franceses comen unos bocadillos y los monos se aproximan a ver si les cae algo. 

Estas gargantas, fruto de la erosión, escupen agua hirviendo, muestra de la enorme actividad volcánica que subyace. El agua, literalmente, quema. Visitamos la cocina del diablo, donde el barro esta ardiendo, descolgándonos por las gargantas. Los masai y nosotros no somos los únicos que hemos transitado este paisaje lunar: Los elefantes lo recorrieron hacia el norte hace siglos en una gran migración en busca de territorios más fértiles. En este parque se rodó Tombraider y se inspiró El Rey León.


Tras alucinar con la salvaje naturaleza del parque, tras mirar a las zebras a los ojos y sentirme en marte en sus desfiladeros, de vuelta, negocio con una local que me de un paseo en barca por el lago Naivasha (1500 Kes, unos 13 euros, tres cuartos de hora de regateo, por 2 horas de paseo en barca), en cuyas riberas se inspiró la escritora Karen Blixen para escribir Memorias de África. La densidad de aves es brutal, con los cormoranes dominando en número, pero con pelicanos de película nadando descuidadamente, patos, garzas y águilas pescadoras. Hasta 400 especies de aves. 



En las riberas, el antílope de agua, una especie de oveja grande marrón y peluda que se mete hasta el pecho en el lago a comer, con aspecto de animal tonto y gregario. Pero, sin duda, lo que me quita el habla y me excita es el hipopótamo. A pesar de no poder acercarte a menos de 20 metros por su extrema agresividad (que, además, no responde a cánones lógicos, ataca porque si) contemplar la grandiosidad de este anfibio es una experiencia fantástica, asomando la enorme cabeza entre los matojos. Arriba y abajo, entro en el agua, me refresco, subo y como un poquito. 


De vuelta a la polvorienta y adorable Nairobi, una hora y media de viaje, con la sensación de haber vivido un día diferente y único, en un paraje menos conocido que otros, pero que ofrece geología, historia, fauna y flora a raudales. De vuelta por el valle del Rift, con luz crepuscular, los Masai pastorean y las zebras me miran, ufanas. Parque nacional de Hell´s Gate y lago Naivasha, en mi retina, en mis pulmones. Donde habitaba el diablo, por donde migraron los elefantes y donde caza el leopardo.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Tras mi paso por Kenya, Nairobi

Tres semanas conociendo Kenya, un nuevo país, una nueva realidad africana. Desde Europa creemos (o creía) que Africa es mas o menos homogénea, o al menos la denominada Africa subsahariana, uso habitual de los periodistas para señalar a los desgraciados náufragos que intentan alcanzar nuestras costas. Ellos también califican a Europa como un ente. Conocer algo es aprender a distinguirlo.

Kenya, un pais surgido de las colonias inglesas del Africa del este, donde conducen por la izquierda, toman té y desayunan alubias con tomate. El germen del país es el ferrocarril que unía la costa con Kampala, en Uganda, atravesando Nairobi, Kisumu y Eldoret. Nairobi, en el sur, es una ciudad tan grande como Madrid con un downtown (centro) plagado de rascacielos, franquicias y hombres con corbata. No se puede fumar por la calle. Sus habitantes son mayoritariamente cristianos (protestantes), aunque a medida que uno se acerca a la costa se encuentra con mas velos y burkas, en Mombasa. En el downtown, hay una gran mezquita, una iglesia anglicana, otra presbiteriana, varias católicas y un enorme recinto regido por los adventistas del séptimo día. Kenya, multirracial y multireligiosa. Nairobi, como mezclar la tradición inglesa con la realidad africana, con los slums, llamados en sudamerica fabelas o villas miseria.

Downtown de Nairobi.

Me sumerjo en el pais de Tergat y Rudisha, de Froome y lo primero que siento es que van por delante en desarrollo respecto a mi amado Senegal. Hay mas coches (todoterrenos), la gente viste mejor y el urbanismo tiene cierta estructura. Recogen la basura y tienen luz, de manera generalizada. Como en las ciudades en vías de desarrollo, este aparente progreso contrasta con suburbios muy pobres, inmensos, de casas de lata gris y plástico en el suelo como Kibera. La ciudad esta sobrevigilada, con ejercito y guardias de seguridad en centros comerciales, bares y centros turísticos, en parte debido a los recientes ataques islamistas pero, sobre todo, por el crimen (el cual no percibo, pero me lo cuentan) derivado de una estructura social muy desigual en recursos. La clase media vive en recintos cerrados, vallados con espino y seguridad privada, pero vive, existe y se la ve. El desarrollo de un país es el desarrollo de su clase media, es el indicador que mide el progreso y en Nairobi ciertamente la hay. La Universidad de Nairobi luce esplendida, con varios campus, y por las noches los clubs (mezcla de bar y discoteca, de raíz inglesa, con mesas y neón) bullen de trabajadores que bailan rítmica y compulsivamente hip hop americano, nigeriano y sudafricano, Daft Punk, Eminem, Robin Thickle. Allí, donde los jóvenes asalariados, como en España, pasan las noches entre cervezas y roce, anidan prostitutas y taxistas, configurando un cuadro curioso, de dinero y desesperación. 

Si vives en Nairobi, sufrirás atascos a diario. Fuera de las opulentas avenidas del centro, las infinitas carreteras que radicalmente conectan con los suburbios (como Ngong Road, hacia el oeste, donde me alojaba) son de un carril por sentido y arcenes que son a la vez aceras, paradas de autobús y mini mercados donde puedes comprar tabaco o bananas. El transporte público es caótico. Hay buses similares a los españoles, con lineas definidas (radiales, desde el downtown) y Matatus, furgonetas de 15 plazas que recorren a su antojo las avenidas. En cada bus (o Matatu) trabaja el chofer y un ayudante que canta los destinos y cobra a los viajeros. Coger un matatu requiere un plus de sabiduría y riesgo, saber a donde se dirige uno, no coger los vacíos (pararan o rodearan el destino hasta llenarse), saber lo que cuesta, trepar por encima de la gente para alcanzar un mugriento asiento sin espacio para las rodillas, aguantar el hip hop a todo trapo…, pero cuando lo conoces, es barato (entre 0,20 y 0,50 € por trayecto) y hasta se disfruta. Para ir a Karen, distrito al este de la ciudad, bosques y clase media alta, donde se encuentran muchas de las atracciones, normalmente cogía dos, aunque a veces también un motocarro de 4 plazas o hasta de paquete en una moto. Nunca sabes como llegaras a los sitios, solamente que puedes perderte y que la gente, siempre te ayudará. 


Orfanato de elefantes, Karen, Nairobi.

Nairobi, una ciudad cosmopolita, situada a 1660 m de altitud, donde el sol calienta a mediodía pero refresca por la noche. Caminar sus arcenes de tierra, interpelar a sus gentes, quemarme el cuello con el sol ecuatorial… En estas tierras de fauna salvaje y en esta ciudad inmensa, hay un parque nacional con leones, elefantes y jirafas y desde el helipuerto del International Conferential Centre, parece más un bosque que un área metropolitana. La gente me repetía que tuviera cuidado con los robos y yo, solo, caminado entre el polvo, pensaba en memorizar sus negocios callejeros (plantas y muebles desperdigados por las calles) y sus gentes, su estricto calor y sus nubes en el horizonte. Eucaliptus y monos por las calles, perros huérfanos y trajes impecables. Una ciudad que aglomera un país de 51 años de historia, de 42 tribus y de múltiples religiones. Suena el himno y nos paramos en la calle: no se puede caminar al oír el himno, por respeto. En el centro una comitiva enorme aguarda a que el presidente Uhuru Kenyatta salga de la iglesia; calles cortadas y miles (literalmente) de militares, choferes y acompañantes protegen a un puñado de curiosos entre los que no me encuentro. Cerveza Tusker por la noche. Un país con una historia de violencia, de recursos limitados, turismo excelso y culturas ancestrales con una capital bulliciosa y sorprendente.


viernes, 16 de agosto de 2013

Carta abierta a los hermanos musulmanes

Queridos hermanos musulmanes:

Los estados se podrían definir como aquellos entes territoriales que monopolizan la violencia. Antiguamente, la ley era "la del más fuerte" lo cual era un verdadero engorro si eras bajo, débil o enfermizo. La civilización decidió dotarse de policía o ejércitos para evitar que la violencia reinara en las calles a través de otra violencia, organizada e instrumentada, en aras de supuestos valores comunes. De ese modo, y a través de la ley, se limpiaban las calles de sangre en una especie de acuerdo sacrosanto que consiste en: Yo, el poderoso te dejo hacer más o menos tu vida, tener a tus hijos, trabajar por un salario y relacionarte con la sociedad a cambio de que tu, populacho, respetes mi poder, cumplas mis normas y no me toques las narices. En caso de conflicto, el poder será abyecto contigo, te violará y te torturará, te matará.

Soñasteis con un estado libre de generales cuando aquella primavera, hace dos años, os echasteis a las calles, invadisteis plazas y mercados y exhortasteis libertad y elecciones. Tunez, Argelia y otros paises provocaron un escalofrío en la columna vertebral del sistema. Y vosotros, herederos de Ramses y Cleopatra, hijos de la mas duradera y brillante civilización de la época moderna, que creasteis dioses y templos, Luxor y Karnak, la esfinge y los jeroglíficos, durante unos meses lo conseguisteis. Derrocasteis a Mubarak y tuvisteis vuestras elecciones. 800 muertos os costaron y en un juicio muy complejo, sorprendente, el viejo y enfermo Mubarak, treinta años presidente, heredero y pervertidor de Anwar el Sadat, fue condenado a cadena perpetua y no a muerte.

Esas elecciones fueron históricas para vosotros y el hermano Morsi, culto, formado en USA, profesor universitario, fue elegido presidente por décimas. ¿Quien os iba a decir que lo peor estaba por llegar? Nuevamente derrocados, con Morsi preso, os acaban de masacrar los generales, tiñendo El Cairo, Alejandria y Suez de rojo, pintado nubes negras en el cielo. 600 mártires y seguís contando y llorando. Mientras lloráis a vuestros muertos y rechináis los dientes, os diría que os acordarais de Gandhi y de Mandela, de aquellos que a través del perdón y la reconciliación obtuvieron el amor de su pueblo y la paz de los justos. No seais como ellos, condecorados generales gordos y temerosos, y debéis saber perdonar. Y si, después de todo, elegis el camino de la lucha, el cual no os recomiendo, debeis saber que os enfrentáis a un golem que no dudara en reprimir y matar y al que no venceréis nunca con las pistolas.

El camino a la libertad es tortuoso, queridos hermanos, y vosotros estáis en las primeras curvas. El perdón debe ser infinito y debéis usar las calles, no invadirlas. Os han quemado vivos pero solamente acaban de empezar. No respondais con fuego al fuego y las cosas llegaran, con calma pero con asertividad. Sois el país más grande de la historia, sois los constructores de las pirámides. Yo vivo en un país dormido, España, donde no salimos a la calle para defendernos de nuestros ogros y en eso, os envidio. Vuestra primavera durará años pero debeis saber que el monstruo nunca saciará su apetito. Elegid bien las batallas en que os involucráis.

Os admiro profundamente y solo espero que cuando alcancéis el poder, seáis todo lo respetuosos que no han sido con vosotros y elijáis el camino de la reconciliación. El corán tambien habla de amor y de paz. Nelson Mandela, postrado en su cama, anciano y enfermo, os enseñará el sendero.

Mientras seguis atados a las sabanas manchadas que cubren a vuestros hijos, hermanos y amigos, acribillados, el mundo os apoya. Lloramos con vosotros. Sentimos vuestro dolor. Desde nuestra inferioridad, os queremos hermanos, sed dignos de nuestro cariño.




viernes, 9 de agosto de 2013

Accidente ferroviario, reflexiones

79 muertos y un muerto en vida, el maquinista. Un exceso de velocidad, una curva, el día del patrón de los gallegos en la entrada a Santiago. Cambiaron los fuegos artificiales por velas y sirenas. Mi querida Galicia, de luto.

Como técnico que trabaja en una empresa ferroviaria tengo varias cosas claras, después de leer mucha literatura barata en medios de comunicación y bastante ponzoña interesada. Allá van mis reflexiones.

Es evidente que el maquinista se despistó y esa es la causa uno del fatal accidente. Esto no da mucho más de sí, este hombre, dilapidado y vilipendiado por varios medios de comunicación de manera vergonzosa, me recuerda a Atlas, sujetando el resto de su vida una losa (bola del mundo) sobre su cabeza. Me encantaría que algún día se recupere y sea capaz de llevar una vida normal. A los periodistas y directores de periódicos como ABC y otros que le tildaron de fanático de la velocidad no les deseo lo mismo. Van más allá de la mentira, atacando a un indefenso desgraciado para librar a otros de responsabilidades.

No es menos evidente que los sistemas de seguridad implantados en la vía eran insuficientes. Como humilde ingeniero ferroviario, debo decir que los niveles de seguridad en la circulación son 3, a medida que se van implementando sistemas de control, siendo 1 el básico y 3 una especie de conducción automática. El intermedio es el cacareado ERTMS, implantado en las líneas de AVE, que incluye elementos de seguridad como frenado automático y otras ayudas a la conducción, mediante la disposición continua de balizas. En este sistema, el conductor no tiene necesidad de conocer la señalización ya que el sistema suministra y autoriza los parámetros de conducción para una ventana de decenas de kilómetros.

ASFA es el nivel más básico de seguridad en la circulación y tan mantiene comunicación con la unidad de manera discreta. El frenado automático solo se produce cuando se rebasa una señal en rojo (o ámbar en ciertas circunstancias) que viene a suponer que la vía está ocupada. No incluye ayuda a la conducción en casos de exceso de velocidad, ya que, en estos casos, no se rebasa ninguna señal en rojo ni en ámbar.

Solo decir que no soy un experto, ni mucho menos, en seguridad en la circulación ferroviaria, solo un ingeniero que pretende informarse. Os dejo un enlace. Es de febrero, anterior al accidente.

http://maquinistilla.blogspot.com.es/2012/02/asfa-digital-o-no-o-ertms.html

En la aproximación del Alvia a Santiago, el ERTMS no funcionaba hasta 4 km antes del accidente y el ASFA, como hemos dicho, no va a frenar automaticamente el tren por un exceso de velocidad, ya que no se produce ningún rebase de señal. Por lo tanto, tenemos un tren a 200 km/h que fía toda la seguridad al maquinista para tomar una curva de 80 km/h y aproximar a la estación de Santiago, con un sistema de seguridad implementado claramente insuficiente.

A partir de ahí, capitulo de responsabilidades, y esto ya es elucubrar pero, creo ciertamente que el equipo de Pepe Blanco, el peor ministro de fomento de la historia, tomaron decisiones en la ejecución de las obras orientadas a una pomposa inauguración, dejando de lado "costosos" sistemas de seguridad y otros contratos aledaños a los principales. España tiene más kms de AVE que Francia, que Alemania, que Italia y que el Reino Unido. Infraestructuras modernas pero costosas en ejecución y mantenimiento sobre las cuales nunca se hicieron estudios serios a priori de coste / beneficio, o al menos estudios imparciales. Los niveles de pasajeros del AVE en España son ridículos comparados con el TGV francés. El mantenimiento de estas vías, los sistemas de seguridad, son parte de la Alta Velocidad y su degradación por parte de los políticos, con el consentimiento de mi colectivo (ingenieros) han contribuido a que ocurra este brutal accidente. El culpable oficial será el maquinista, pronostico, de manera única. Y aquellos que decidieron que seguridad implantar en la vía se irán de rositas. Que país tenemos.

miércoles, 12 de junio de 2013

Y comieron perdices....

¿Que corta es la vida, verdad? ¿cuantos buenos momentos recordamos? Ahora que sale el sol, recuerdo una tarde en Chez Diao, África, un plato de arroz con pescado, cerveza Flag helada y sudor, sillas de mimbre y mesas bajas. En cierto sentido, ese día comenzó la crisis.

Retrocediendo, la vida me ha dado muchas más alegrías que tristezas. Quizás no sé hasta que punto lo he agradecido, no sé si yo he dado más tristezas o alegrías a la gente que me rodea, y, en ese sentido, me siento en deuda con el mundo. De ese modo, intento estar cerca de la gente que me rodea, metafóricamente, al menos, en los malos momentos (claro!) y trato de disfrutar junto a ellos en los buenos, con ellos. Senegal me ha aportado tranquilidad, ha modelado mis valores y aquello que defendemos en Yakaar, lo siento como obligación intentar trasladarlo al día a día. Valores como la solidaridad, la igualdad, el apoyo al débil están ahí, delante nuestro, todos los días y debemos intentarlo. La vida es la relación que tenemos con las personas y debemos tratar de mejorar las vidas de los otros.

A través del camino, he tenido la suerte de conocer a gente maravillosa. De hecho, no soy capaz de decir más de tres o cuatro personas de todas las que he conocido en toda mi vida que no merezcan la pena. Es curioso el mundo que nos rodea: la complejidad de las personas, sus sentimientos, son infinitos y cuando te arrimas a alguien, siempre descubres matices, inteligencia, sensibilidad. El cerebro humano siempre atrae y abriendo un poco la mente, descubres realidades distintas, situaciones complicadas, y, sobre todo, mucho amor. El amor y el sol son las fuentes de la vida. 

Hace tiempo que deseché la razón y la verdad como valores en si mismos, ya que creo que no existen, entendiendo los sentimientos, las emociones y el bienestar de la gente como lo único que me debe intranquilizar y, sin embargo, ¿Como llevar todo esto a cabo? ¿Como hacerlo hoy que me siento cojo, tuerto y manco? ¿Como escribir todo esto sin que empiece nada por la letra "P"? Ni rencor ni vergüenza contienen dicha letra.

Que corta es la vida y que lejos me siento. Aquel día en Chez Diao, en Kedougou, entendí mis miserias e intente resolver mis incongruencias. Hoy, los gusanos recorren mis venas y siento un leve cosquilleo en mi hígado.  Sin duda, no evalué bien las consecuencias y hoy, el tercer día de sol en San Sebastian en trimestres, son ya casi las siete de la tarde y aun no amanece. Suena Rulo y me animo! Vamos!!


PS. Un streaptease emocional siempre es complicado, pero, por considerarme razonablemente feliz, debo hacerlo: Se lo debo a alguien fundamental, maravilloso, sonriente, perezoso, glotón, vivo, cariñoso, enorme, sencillo, fantástico. Gracias por todo. 

Ten cuidado con el botón, no se te vaya a caer al pasar por el cuartel ;)


sábado, 1 de junio de 2013

El otro Iniesta





P. Dicen que el saber no ocupa lugar.

R. Falso. Si te tiras cuatro horas estudiando, te ha ocupado lugar y tiempo. Y el tiempo es sitio. Hasta los griegos lo sabían: el conocimiento objetivo no vale demasiado. Hay que tener un conocimiento más intuitivo.

En la vida conoces gente que irremediablemente catalogas, etiquetas. Cuando, en el devenir vital, topas con alguien diferente, te paras y te dejas sorprender. Diferente es, por ejemplo, Jorge Valdano. Diferente es, asimismo, Vargas Llosa. Y sobre todo, a mis ojos, siempre fue el mas diferente de todos, Roberto Iniesta (Plasencia, 1962), el genial artífice de Extremoduro. Para muestra, la cita que encabeza la entrada.

Cuando uno escucha Extremoduro, la voz rota de Robe, se siente evocado. Detrás de un aspecto canalla y golpes rítmicos de guitarra, siente el poder de la poesía, siente que las palabras se van juntando, que van formando un todo que se impone sobre las partes. Robe siempre cantó al amor (y al desamor, su parte más inspiradora) y a las drogas, desgarrando el alma, devorando el micrófono. Su carrera, en la cual fue cambiando constantemente de compañeros de grupo, fue la de un trovador que en siete años publicó 6 discos fundamentales en la reciente historia del rock de este país. Sobre todo, "Rock Transgresivo" (1989) y "Somos unos animales" (1991) eran la evolución positiva y mejorada del rock duro de los 80, de grupos como Eskorbuto o Cicatriz. Los punkies también se enamoran. Aquellos fueron años de carretera obligada. Robe siempre se consideró un letrista y en cuanto pudo se dedicó a ello, menos conciertos, más composición, colaboraciones y libros. Sus influencias ACDC, Antonio Machado, Miguel Hernández. Los amigos molan, pero componer, lo hago solo.

Después de Agila (1996), dos joyas, "Canciones prohibidas" (1998) y "Yo, minoría absoluta" (2002) y cinco años de silencio. Robe siempre hizo lo que le dio la gana y dicen que fueron cinco años de neblina ocasionada por las drogas, por el Pais Vasco, dicen. Hacer lo que le dio la gana le supuso que le declararan persona non grata en Plasencia, donde solamente ha dado dos conciertos desde 1990. Su relación con su Extremadura natal ha sido siempre tormentosa, trufada de declaraciones sobre el nulo porvenir (a su juicio) de la región coronadas por la mítica canción "Extremaydura". El alma libre chocó con unos dirigentes regionales populistas y engordados que le consideraron una lacra: Nada mas lejos de la realidad: Hay que ser muy patriota para criticar de manera dura y desnuda los lugares que se aman, aunque le pese a Rodriguez Ibarra, que le vetó y le ha dedicado cartas abiertas.

Roberto Iniesta, Robe, es un poeta que no ha hecho más que escribir sobre lo que rodea, la calle, las drogas y el amor. Nunca ha renegado de si mismo y ha hecho del desprecio ajeno, un éxito masivo. Trata el amor de manera desnuda ("Quemando sus recuerdos") y directa, no hablando de flores ni primaveras, sino de sentimientos y dolor. En 2008 publica el magistral "La ley Innata" y en 2011 "Material defectuoso". El creador evoluciona, tangos y codas flamencas, estructuras diferentes.

Si hubiera nacido en los suburbios de Londres, sería un dios, al nivel de Sid Vicious (que no le alcanza en talento), Roger Daltrey o los hermanos Gallaguer. Aquí, le queremos pero no le ensalzamos, sabemos de él pero no es una estrella. Robe estaba predestinado a morir joven y ya tiene más de 50. Un canalla que compone como un ángel, que toma drogas como otros marisco, que escribe, que piensa y que emociona.

En este erial de país que tenemos, en este sálvese quien pueda, el recuerdo de los genios diferentes debe mostrarnos el camino. Aunque sé que para ti ya es tarde, no cambies, Robe.

"Desde que tu no me quieres, yo quiero a los animales... Y al animal que más quiero es al buitre carroñero"



jueves, 2 de mayo de 2013

El cisne y las cerezas

Venga, despeguemos...

Era un ángel de mirada ciertamente inclinada y sonrisa de baquelita y marfil. En los quehaceres diarios, cuidaba bien de su manada, con movimientos sigilosos y tímidos. ¿En que momento aquel pato pardusco tomó conciencia de si mismo y decidió emprender el vuelo?.

Nunca. Simplemente un día salió de la enfangada laguna y corrió como si le llevara el viento.

Aquel ave fucsia era pura energía cuando, torciendo un poco el cuello, se elevaba sobre la marisma. Acelerando era fugaz, frenando un poco torpe; mientras tanto, tras su paso, iba cambiando la vida de los que le rodeaban sin apenas darse cuenta. Un cisne nunca podrá sonreír pero raramente detectarás la tristeza en sus ojos opuestos. La melancolía y el miedo sí, pero nunca una brizna de aflicción.

Corre, tórtola, corre, aunque a ti lo que realmente siempre te gustó es volar grandes distancias sin gran esfuerzo.

Y sin mirar hacia atras, un día cruzó el charco y conoció montañas con formas de castillo medieval y se quedó atónita. La primera vez que se ve un volcán jamas se olvida. Y decidió viajar allí donde desollaban las tortugas, donde se apareaban las ballenas, y donde morían los gladiadores. Miró las infinitas praderas verdes, los pedregales marrones más agrestes y las construcciones más filmadas. Torres, arboles, leones, lenguas prehistóricas. Y sobre todo, otros animales, otros seres, otras formas de comer, de reir, de cuidar a los hijos, de rumiar las heridas, de degustar un helado. Agitando sus alas, se volvió voraz por el conocimiento. Y más allá, de manera decidida, convirtió el esfuerzo en sabor, y el sueño en hedonismo, para seguir irguiendo el cuello cada vez que aterrizaba, apartando el cansancio.

Un buen día se detuvo bajo un cerezo maduro. Picoteando su fruto, miró hacia atrás y vio que el mundo, otrora un lugar pequeño, era su mundo y que las sonrisas que regaló, le eran devueltas. La manada que antes cuidaba y que vio, asustada, como emprendió el viaje, ahora era su colchón, su consorte. No es que hubiera un lugar donde se sintiera cómodo, es que era él, aquel chorlito que apenas veía, el lugar donde el resto se acomodaba. Y entonces, tras una pausa, por fin, sonrió y se dejó llevar.

El camino es el destino final.



Con P de pato, con C de Cisne.