miércoles, 23 de marzo de 2016

Terrorismo, fanatismo, religión, refugiados y valores

Descansen en paz las víctimas de Bruselas, de Ankara, de Estambul y de Paris, recientemente pero también todas las víctimas del terrorismo (Madrid, Londres, Bali, Tunez, Nueva York, todas las de la tierra donde habito, el País Vasco) y, un poquito más allá, de la violencia, de la agresividad del ser humano. La muerte va asociada a la vida. La venganza va asociada al dolor

¿Que hay detrás de un atentado terrorista? Lo primero, lo más obvio: un terrorista. La pregunta adecuada debería ser: ¿Porqué?, ¿Como es posible que alguien se perturbe hasta el extremo de matar?   La guerra es innata al ser humano, siempre hay guerras. No existe una gran diferencia entre la guerra de Siria, la del Congo y un atentado en una discoteca de Paris: Todo son expresiones de odio y de frustración, actos fratricidas. Soy muy pesimista en este punto: Creo que el dolor por la muerte, el terrorismo, la venganza, el asesinato y las guerras son, de alguna manera, consustanciales a la raza humana que, basado en el miedo y en la frustración, aniquila al diferente. A lo largo de la historia se repiten los motivos: nacionalismo y religión que son, como no, voluntades de pertenencia al grupo, miedo al diferente, banderas y cruces, cruzadas, guerras santas y yihad. No debemos diferenciar entre atentados pero lo hacemos, y mucho: He perdido la cuenta de los atentados que ha habido en Iraq con mayor numero de muertes que el de ayer en Bruselas pero no están ni mínimamente cubiertos por la prensa ni invaden la sociedad... ¿Porqué? Porque estamos en guerra y estos últimos ocurren a este lado de la trinchera.

¿Que se puede hacer? Casi nada. El casi, en dos puntos:

1. No se puede criticar el terrorismo y predicar la violencia al mismo tiempo, cosa que hacen muchos en USA (el Sr. Trump o el sr. Bush, por ejemplo) y, cada vez más, en Europa. Es más, la no violencia (o no agresividad) debe ser parte del día a día de las personas. Esto evitaría grandes males, políticos arribistas y sobrereacciones como la de ese gran débil de espíritu, supuesto socialista, que es François Hollande que responde a la violencia con violencia. No nos olvidemos: Solo somos responsables de nuestros actos y estos solamente dependen de nosotros. Nunca que el otro sea violento, un asesino o un maltratador puede ser un argumento para serlo nosotros. En ese sentido: Aproximemonos al budismo, al Dalai Lama y a Gandhi. Desterremos la venganza.

2. Seamos mas congéneres, promulguemos la fraternidad, acerquémonos a los que son diferentes. En todas las ciudades hay asociaciones que trabajan con inmigrantes: vayamos, hablemos con ellos, arrimémonos a su religión, a sus costumbres, a la realidad de sus países. ¿Alguien se ha parado a pensar en ese pobre africano que nos intenta vender gafas de sol o relojes, en su realidad, en como llegó, en si piensa irse?. Y si no es aquí, pues allí: Viajar por el mundo, hablar con la gente, entender la pobreza como algo también inmaterial, ayudar al necesitado, entenderle. Todo lo que aprendamos de otras culturas y enseñemos de la nuestra nos aleja del fanatismo que es, por definición, estrecho de miras. Compartamos los valores y la religión, pero no desde un punto de vista de superioridad (como hace Europa habitualmente) sino con idea de mezclar un poco. Un ejemplo: Es para mi obvio que en los países musulmanes se produce una discriminación de género (machismo) mayor que en Europa y que, en general, en países de fé cristiana. Lo mejor que podemos hacer al respecto es compartir nuestro valor de igualdad, viajar a esos países, hablar con la gente, con las mujeres... Nadie dice que vaya a ser fácil y es imposible que sea rápido pero haremos lo que está en nuestras manos. Es todo a lo que debemos aspirar.

Y hablando de valores: Acaba la Unión Europea de firmar el más avergonzante acuerdo que recuerdo, expulsando a los refugiados sirios a Turquía sin saber muy bien a cambio de qué (pero sin duda a cambio de algo), mandando a esa pobre gente a tierra de nadie, negándoles el derecho de asilo y condenando su desgracia, obviando que huyen de una guerra, que están salvando el pellejo. Yo era un firme defensor de la Unión Europea y hoy ya no lo soy: A la sensación que tenía, tras la crisis, de que solamente era unión para lo económico, un proyecto fallido de unión política, se ha unido de manera indeleble la caída de un pilar fundamental: La fraternidad, la ayuda al débil. Es vergonzoso y humillante. No concibo proyecto sin valores y en eso se está convirtiendo una Unión Europea que bien podría llamarse Unión de asociados a Alemania. Pido un referéndum para corroborar la presencia en la Unión Europea de España. Y mira que me gusta ir a Hendaya.

¿Veis la relación entre terrorismo yihadista y expulsión de refugiados? Pues no, de manera directa, pero ambos son expresiones de miedo a lo diferente y muy agresivas con otros seres humanos. Ambos son actos criminales de gente que profesa una religión contra gente que profesa otra religión. Ambos producen sed de venganza, desilusión. Uno es la semilla, el otro el fruto, pero la planta es la misma. 

El ser humano es caprichoso: La gente es buena, conocer a alguien es maravilloso y somos altruistas con el prójimo pero, sin embargo, somos miedosos y críticos con el que no conocemos, con el diferente, con el lejano. Nos encanta hablar de otros países, de otras religiones sin tener ni idea amparándonos en nuestra (supuesta) superioridad moral. Quizás por eso me guste tanto viajar, para verme más humano, más abierto, más integrado en este mundo y menos tosco. 


lunes, 7 de marzo de 2016

Algunas películas buenas

Muy de acuerdo con los Oscar y explico porqué. Además he visto algunas películas que no son nuevas, pero que me han encantado.

SPOTLIGHT, USA, Tom McCarthy, 2015

Una grande, Oscar a la mejor película. Es una narración precisa, casi quirúrgica, de una investigación periodística sobre la pederastia en el área de Boston, basada en un hecho real. La fortaleza de la película es su extraordinaria capaz de narrar tanto el proceso de los periodistas del Boston Globe (que ganaron el Pulitzer), como del asunto explorado, la pederastia por parte de sacerdotes católicos, sin ambages ni tapujos pero sin morbo ni mal gusto, llamando a las cosas por su nombre. Mark Ruffalo y Liev Schreiber destacan con unas actuaciones soberbias, ilimitadas, y el guión y el montaje sostienen un todo emocionante, complejo y redondo que combina la repugnancia hacia los hechos investigados con la admiración a la labor de los esforzados periodistas. Una frase: "Proteger a un niño es un esfuerzo colectivo; abusar de él también lo es".


EL RENACIDO, USA, Alejandro G. Iñárritu, 2015

Otra gran película, con unas fortalezas impresionantes pero que, en mi opinión, no es tan redonda como la anterior. La enorme capacidad de Alejandro G. Iñárritu reluce en un entorno donde es necesaria: merecido oscar al mejor director por su virtuosidad épica en las batallas, el dominio de la luz, de la escena y la técnica de manera general. Su mano se extiende en escenas memorables, batallas impresionantes, animales salvajes, violencia extrema. La fotografía (también premiada) convierte esta cinta en imprescindible y supera el tedio que se produce en las partes centrales y final de la película, donde su previsibilidad supone un lastre. Prodigiosa pero irregular, confirma mi impresión sobre Iñárritu: es un virtuoso pero no un buen director, domina el arte pero no el ritmo y sus guiones son tibios, desilusionantes. Di Caprio esta enorme y se confirma como un grande de nuestro tiempo.

LA GRAN BELLEZA, ITALIA, Paolo Sorrentino, 2013

Siempre se escapan películas y ésta (y la siguiente) se colaron por algún flanco y no pude verlas en su momento. El caso de La gran Belleza es sorprendente: Uno no sabe bien lo que está viendo pero asiste al desfile de personajes sin perder la capacidad de asombro, con la boca abierta. Quisieramos todos ser como Jep, de fiesta en fiesta, moviendo la colita o haciendo la conga, admirado por todos pero con ese punto de añoranza que dan las vidas plenas, vivir una fiesta continua dentro de un amor vacío, diversiones carnales e interiores secos y asperos. Paolo Sorrentino muestra su amor por Roma a través de un personaje inolvidable que beberá hasta que tu te levantes y que no supera (ni superará jamás) la imposibilidad de alcanzar la perfección, la gran belleza. Personajes surrealistas, fiestas salvajes. Algo diferente, un autor valiente.



LA CAZA, DINAMARCA, Thomas Vinterberg, 2012

Otra que se me fue en su día. Ver la caza es hacer un ejercicio reflexivo intenso: las sociedades, en determinadas circunstancias, enferman y se convierten en irreflexivas, crueles y cobardes, envilecidas por el miedo. Un maestro de escuela que está resurgiendo de una vida (supuestamente) intensa se ve involucrado en unas acusaciones terribles que escapan a su control, destruyéndole desde su entorno más cercano. El actor principal, Mads Mikkelsen (desconocido para mí) hace una interpretación brutal, contenida, sobre un ser al borde de la descomposición pero que mantiene ese hilo de orgullo que siempre le queda al ser humano. Imprescindible.

Y por no hablar solo de cine: Gijón, Medina, Polonia y Sudafrica en el horizonte.