domingo, 13 de julio de 2014

Alemania, honorable y magnífico campeón.

Terminó el maravilloso Mundial de Brasil 2014 con un maravilloso campeón, Alemania. Como en 2010 cuando Iniesta nos llevó a la gloria, ha ganado un equipo con ideas, con determinación y con calidad, de toque corto, de movimiento de balón en defensa pausado, de gente que la pide. Prefiero este fútbol al de Simeone o Mourinho, al de Scolari o Sabella, al de la velocidad por encima de todo. 

Alemania ha marcado la historia del fútbol, con este campeonato pero no en la final: El formidable aplastamiento de Brasil en semifinales, en Belo Horizonte, la ciudad del Cruzeiro y del Atlético Mineiro, el torbellino hecho fútbol, 5 goles en menos de media hora para completar un excéntrico 7 a 1 es ya parte de nuestra vida. Tengo que decir que me mantuve con la boca abierta viendo como los alemanes se plantaban en el área, tirando paredes, por banda y por el centro, con una facilidad extrema hasta torturar a (supuestos) especialistas defensivos como David Luiz. El país de Garrincha, Pele, Zico, Romario o Ronaldo, el país más excesivo recibía una lección de samba, un manual de juego, una lágrima de fútbol.

Del campeón me quedo con tres jugadores, dentro de una escuadra por otro lado bastante coral: Manuel Neuer, Bastian Schweinsteiger y Thomas Muller. Empezando por este último, recuerdo como en 2010, Del Bosque le daba como entre los tres mejores jugadores del mundo, lo cual, viniendo de un maestro, me hizo agudizar los sentidos. Muller, delantero del Bayern es un jugador difícilmente calificable, un poco torpe, no muy rápido y desgarbado. Además es ciertamente sucio, poco deportivo y amante del drama. A pesar de eso es maravilloso, inteligente y asesino, con un aire de ejecutor sumario pero tampoco, ya que no es nada egoísta. ¿Y que tiene Muller? Pues es como un pez de colores en una pecera repleta de korrokos (gracias Millás): se desmarca con soltura y acierta siempre en las decisiones. Su físico es resistente, piernas largas. Desborda con el cerebro, remata con ambas piernas y con la cabeza, centra bien y corre mucho. ¿Un aire de Raul, quizás?. Un magnifico futbolista.

Schweinsteiger es un mutante. Al principio de su carrera, hace 10 años o más, era un centrocampista fuerte y de largo recorrido, combinativo y llegador. Ahora, llegando a la treintena, juega andando y liderando a sus compañeros, pasando siempre en corto, disimulando sus carencias pero siempre ofreciéndose, pausadísimo. De repente, aquella bestia se ha convertido en Busquets, en una evolución futbolística llamativa. No me extrañaría verle de central en un par de años, como capitán o como líder. El recibe los palos, el mete la pierna, el agrupa la manada, el salta al balón dividido. Es imprescindible. Verle volver al campo con el pómulo abierto tras sufrir una brutal agresión de Agüero, fue emocionante, mandando un mensaje a sus compañeros que estos no podían eludir.

Manuel Neuer es, por encima de otros y para mí, el mejor jugador del mundial. No recuerdo a ningún portero dominar tanto el juego como este larguísimo arquero, rubio, que es infranqueable por arriba y maneja el balón con ambas piernas y al primer toque, de manera extraordinaria. Rapídisimo, cubriendo las carencias de los centrales fuera del área, fuerte y sólido en el uno contra uno es algo así como el portero perfecto, el que siempre sabe donde está la portería, el que calcula milimetricamente si llega o no llega, el que deja salir las que van fuera y para las que van dentro.

Los tres juegan en el Bayern Munich, hoy por hoy el equipo más fuerte del mundo, el que juega semifinales como churros, empleador también de Lahm, Gotze, Boateng y Kroos, campeones brillantes, y el único capaz de tutear deportivamente a Real Madrid y Barcelona.

Del resto me quedo con unos cuantos peloteros como son

- James Rodríguez, el colombiano eléctrico, un falso lento, parecido a Iniesta, con un gran disparo.
- Arjen Robben: Chupón, sí, pero un regateador rapidísimo que, estando sano, marca las diferencias.
- Sergio Romero: Un portero de carácter, bastante poderoso por alto y con un duende especial.
- Andrea Pirlo: La clase y la demostración que al fútbol, y a todo, se juega con el cerebro.
- Georginio Wijnaldum: Fortísimo centrocampista, con llegada y carácter.
- Michael Bradley: El Xavi americano, omnipresente y muy técnico.
- Diego Godín: Otro gol decisivo, alucinante temporada, mágica.
- Neymar Jr: Merecería un capitulo aparte. Excelente en casi todo, liderando a su equipo desde la exigencia máxima, apartado del mundial tras una agresión tremenda del colombiano Zuñiga que le pudo dejar parapléjico, es el único brasileño que iluminaba un habitación cerrada y maloliente. 

Del lado de las decepciones, aparte de España casi al completo, con los defensas en la picota, el portugués Pepe, sin duda, expulsado en su único partido y Mario Balotelli. El deporte es rendir en los momentos adecuados y estos chicos no saben. Les recomendaría más psicólogo y menos gimnasio. Tampoco han comparecido Cristiano Ronaldo, visiblemente lesionado ni Yayá Touré.

Ha sido un mes de fútbol maravilloso, épico. Alemania se queda su cuarta estrella. Fritz Walter, Franz Beckenbauer y Loether Mathaus, capitanes, ya tienen sucesores. El país de Schuster, Hoeness, Klinsmann y Moeller, de Sammer, Maier, Bierhoff y Stielike, la máquina, deben de sentirse orgullosos de unos chavales que juegan lento atrás y rápido delante pero que nunca se esconden, ofreciendo su pierna y su camiseta al compañero. Schurrle centrando y Gotze rematando, para levantar el trofeo más bonito y prestigioso, el que marca la frontera entre astros y mortales. Hasta dentro de cuatro años.

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