martes, 27 de septiembre de 2011

Estimado Sr. Político, ¿Quiere usted mi voto? ( I )

El 20 de noviembre habrá elecciones generales, ¿Que inepto prefieres? a día de hoy me encantaría que hubiera 5 o 6 donde elegir pero me temo que solo hay dos. Uno es la herencia de la izquierda más renegada e indolente que hemos conocido, herencia de una falta de compromiso y de ideología, herencia, al fin y al cabo, de un fracaso. Jamás un animal tan inteligente fue llevado de manera tan mansae al matadero.
La otra opción ya ha perdido dos veces y esta vez va a ganar simplemente porque le toca. A aquéllos que creen que los otros lo hicieron muy mal y éstos van a venir a resolverlo les diría: ¿Que hubiera hecho Mariano si hubiera sido presidente de gobierno estos últimos cuatro años?. Lo mismo. O más. Pero nunca menos. ¿Y que va hacer cuando gane?. Lo mismo. O más. Pero nunca menos.
Así como están las cosas tengo bastante decidido abstenerme o votar a algún partido ecologista minoritario porque, aparte de lo que es evidente que van a hacer (y ésto es lo importante), nada de lo que dicen que van a hacer me ilusiona (aunque tampoco me lo creería). Pero bueno, si soy un idealista no debo resignarme del todo y se me ocurren medidas que, de ser propuestas por cualquiera, podrían llevarme a las urnas de nuevo.

Una propuesta que me gustaría sería: "Me comprometo a que todos y cada uno de mis altos cargos, salvo los ministros, serán personal que ya esté trabajando en la administración correspondiente, bien como funcionario bien como personal contratado y con una antigüedad superior a 3 años. Asimismo legislaré para que ocurra lo mismo en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos"

En España, entre el gobierno central y las comunidades autónomas hay aproximadamente 4000 altos cargos, a razón de 400 y pico en el gobierno central y el resto en las CC.AA. No sé muy bien que significa "alto cargo" ni donde está la frontera entre colocadillo y el susodicho alto cargo pero estoy seguro de que colocados hay muchos más. Además están los entes públicos, sociedades públicas, patronatos etc ..... Y aparte los ayuntamientos, claro está. Esa penetración de la administración por parte de los partidos, esa auténtica violación de las instituciones es el verdadero motivo por el cual los partidos y sus afiliados de base se dejan la piel en cada sufragio: colocar y colocarse. Asimismo, la ineficiencia de la administración se puede explicar, en parte también, por estos motivos: cada cuatro años el organismo de turno cambia de jefe sin más criterio para el acceso al cargo que ser el ex alcalde de no sé donde o sencillamente, tener carné del partido. Lógicamente con tal selección de personal, con tal abrumadora exigencia de criterios, bagaje y aptitudes es lógico que los conocimientos en las materias que va a regir el colocado son entre nulos y escasísimos y, lo que es más grave, las motivaciones y objetivos a cumplir en su mandato estarán únicamente regidos por argumentos políticos. Con este panorama, el personal de carrera, el que se sitúa por debajo de estos "altos cargos" cae en breve en la autocomplacencia y va siendo a cada cambio de rumbo un poco más ineficaz. Desaparecen cosas tan básicas como la planificación a largo plazo y las administraciones cada vez parecen más cementerios de elefantes. Paralelamente la sociedad va percibiendo más al personal de la administración como vagos y chupópteros y la rueda no para, el político les baja el sueldo, los profesores son unos vagos, etc..., sin acordarse quien dio el primer empujón a esta pescadilla que se muerde la cola.

La propuesta va en este sentido. Lógicamente cualquier organización requiere un organigrama y gente al mando. Y es lógico que un político tenga el juego necesario para poder destinar recursos de la administración a las tareas que convenga (que para eso gana las elecciones) y eso requiere medios. Pero la diferencia es que no es lo mismo nombrar presidente de RTVE., consejero delegado de Correos o Director General del Museo del Prado a alguien que ya trabaja allí que a alguien que no lo hace. Lo primero es promocionar a un trabajador, lo segundo es enchufar a alguien. Cuando entra alguien nuevo a un puesto de responsabilidad se duplica el coste ya que entra a trabajar a costa del que ya estaba. Si además consigue un puesto orgánico, al cabo de cuatro años quedará como personal laboral, con sueldazo pero relegado. 70 u 80 mil euros por tocarse el bolo. o más. O algo menos pero ¿que mas da?. Y si le despiden pues al paro, 45 días por año trabajado etc... Además, el conocimiento que puede tener alguien que ya estaba allí, con cierta experiencia, siempre será mayor, a priori, que el de alguien nuevo. Dicho conocimiento será lógicamente mayor en todo, en el fin social de la entidad y, también muy importante, en el funcionamiento interno del organismo, en sus personas, en la savia de la organización. La eficacia, esa utopía, ¿en que caso está más cerca?

Tampoco se puede obviar el tema de los objetivos, que deben mirar más allá de cuatro años y no ser partidistas. Aquí si que hemos topado con un imposible pero que no debemos de dejar de denunciar y es que con el nombramiento de un político como cabeza visible de cualquier organismo público se está pervirtiendo el fin social en favor de una ideología. Y quizás el nombrado sea un excelente gestor, un buen planificador y una buena persona, pero quizás no, y estas cosas no pueden depender únicamente de las voluntades personales.

En cualquier caso, todas estas cosas son evidentes pero que la casta política no tolerará ya que, al fin y al cabo, no se juega con las cosas de comer.

Así que estimados (irónicamente) políticos ya sabéis, un voto es un voto y para conseguir el mio ya os indico una propuesta que me haría tilín. Aquí estoy porque, aunque os desprecie, os escucho.

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