viernes, 9 de agosto de 2013

Accidente ferroviario, reflexiones

79 muertos y un muerto en vida, el maquinista. Un exceso de velocidad, una curva, el día del patrón de los gallegos en la entrada a Santiago. Cambiaron los fuegos artificiales por velas y sirenas. Mi querida Galicia, de luto.

Como técnico que trabaja en una empresa ferroviaria tengo varias cosas claras, después de leer mucha literatura barata en medios de comunicación y bastante ponzoña interesada. Allá van mis reflexiones.

Es evidente que el maquinista se despistó y esa es la causa uno del fatal accidente. Esto no da mucho más de sí, este hombre, dilapidado y vilipendiado por varios medios de comunicación de manera vergonzosa, me recuerda a Atlas, sujetando el resto de su vida una losa (bola del mundo) sobre su cabeza. Me encantaría que algún día se recupere y sea capaz de llevar una vida normal. A los periodistas y directores de periódicos como ABC y otros que le tildaron de fanático de la velocidad no les deseo lo mismo. Van más allá de la mentira, atacando a un indefenso desgraciado para librar a otros de responsabilidades.

No es menos evidente que los sistemas de seguridad implantados en la vía eran insuficientes. Como humilde ingeniero ferroviario, debo decir que los niveles de seguridad en la circulación son 3, a medida que se van implementando sistemas de control, siendo 1 el básico y 3 una especie de conducción automática. El intermedio es el cacareado ERTMS, implantado en las líneas de AVE, que incluye elementos de seguridad como frenado automático y otras ayudas a la conducción, mediante la disposición continua de balizas. En este sistema, el conductor no tiene necesidad de conocer la señalización ya que el sistema suministra y autoriza los parámetros de conducción para una ventana de decenas de kilómetros.

ASFA es el nivel más básico de seguridad en la circulación y tan mantiene comunicación con la unidad de manera discreta. El frenado automático solo se produce cuando se rebasa una señal en rojo (o ámbar en ciertas circunstancias) que viene a suponer que la vía está ocupada. No incluye ayuda a la conducción en casos de exceso de velocidad, ya que, en estos casos, no se rebasa ninguna señal en rojo ni en ámbar.

Solo decir que no soy un experto, ni mucho menos, en seguridad en la circulación ferroviaria, solo un ingeniero que pretende informarse. Os dejo un enlace. Es de febrero, anterior al accidente.

http://maquinistilla.blogspot.com.es/2012/02/asfa-digital-o-no-o-ertms.html

En la aproximación del Alvia a Santiago, el ERTMS no funcionaba hasta 4 km antes del accidente y el ASFA, como hemos dicho, no va a frenar automaticamente el tren por un exceso de velocidad, ya que no se produce ningún rebase de señal. Por lo tanto, tenemos un tren a 200 km/h que fía toda la seguridad al maquinista para tomar una curva de 80 km/h y aproximar a la estación de Santiago, con un sistema de seguridad implementado claramente insuficiente.

A partir de ahí, capitulo de responsabilidades, y esto ya es elucubrar pero, creo ciertamente que el equipo de Pepe Blanco, el peor ministro de fomento de la historia, tomaron decisiones en la ejecución de las obras orientadas a una pomposa inauguración, dejando de lado "costosos" sistemas de seguridad y otros contratos aledaños a los principales. España tiene más kms de AVE que Francia, que Alemania, que Italia y que el Reino Unido. Infraestructuras modernas pero costosas en ejecución y mantenimiento sobre las cuales nunca se hicieron estudios serios a priori de coste / beneficio, o al menos estudios imparciales. Los niveles de pasajeros del AVE en España son ridículos comparados con el TGV francés. El mantenimiento de estas vías, los sistemas de seguridad, son parte de la Alta Velocidad y su degradación por parte de los políticos, con el consentimiento de mi colectivo (ingenieros) han contribuido a que ocurra este brutal accidente. El culpable oficial será el maquinista, pronostico, de manera única. Y aquellos que decidieron que seguridad implantar en la vía se irán de rositas. Que país tenemos.

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