miércoles, 4 de diciembre de 2013

Ingenieros en tiempos revueltos

Hoy no ha llovido en San Sebastian, tras 40 días grises (más o menos). Un motivo cualquiera para reflexionar sobre mi profesión, Ingeniero de caminos.

Sobre la obra publica, su función, la toma de decisiones

La obra pública, en manos de políticos sin visión alguna más allá de las siguientes elecciones, es carnaza. La parte más importante de una obra debería ocurrir años antes, cuando mediante estudios serios e independientes se decida en función de la rentabilidad social y económica si se hace la obra o no y, en caso de ser que si, que obra se hace. ¿Parece obvio, no? pues normalmente no es así. El plan de AVE más reciente que recuerdo llevaba el tren-a-toda-pastilla (Alta velocidad, tras el accidente de Santiago, es un concepto voluble) a todas las capitales de provincia. ¿Que análisis serio soporta esto? solo el del político débil y manipulador que pretende contentar a todos.

Una obra pública debe suponer un valor añadido a la sociedad en términos económicos, de tiempo, de saneamiento, de seguridad, comparándose dicho valor añadido a su coste, también estimado éste no solo en términos económicos, sino medioambientales y otros. Como técnico, creo que es hora de que nosotros defendamos nuestro trabajo, aplicando nuestro criterio y conocimiento y diciendo que no a aquellos políticos que pintan con un bolígrafo en un mapa por donde quieren su autopista o su red de regadíos. Y, por supuesto, nos merecemos un colegio profesional independiente, pero, nosotros podemos hacer lo que a cada uno nos toque, para no devaluar aun más nuestro oficio y no reducirnos a compradores de precios o calculistas de muros, sino a técnicos que podamos ayudar a nuestra sociedad. Como todos los grandes cambios, éstos comienzan con actitudes pequeñas.

Licitaciones justas, el tiro en la rodilla

Todos los agentes que intervienen en una licitación de obra pública, aparentemente salvaguardada por una ley de contratos, consideran el sistema injusto y viciado. Todos (contratistas, consultores, técnicos de la administración, proyectistas…) menos uno: el político que toma la decisión. Porque, señores, tras un aparentemente justo sistema de licitación público y salvaguardado por la ley de contratos en el que las empresas concurren valorando económicamente el contrato, presentando mejoras, evaluando el plazo, presentado modos de ejecución y procedimientos, tras unas fórmulas que aparentemente valoran todo esto y deberían dar un ganador como un churro saliendo de la maquina, la decisión la toman los políticos, amparados en una mesa de contratación. ¿Como? hecha la ley, hecha la trampa, sin más detalles. ¿Consecuencias? el contrato queda irremediablemente viciado desde cero, sujeto a modificaciones presupuestarias prepactadas, sin criterios básicos, con ofertas deficientes. Un tiro en la rodilla antes de correr una marathon.

¿Como resolver esto? es imposible a corto plazo pero yo abogo por subastas cualificadas. El ganador debería ser el más barato (o el más rápido, depende del tipo de contrato) que cumpla unas premisas de capacitación impuestas.

Plan bolonia. ¿Ingeniero superior = Master?

Mi carrera fueron 6 años, que terminé en 7. En esos tiempos (me licencié en 2002) ya había unas cuantas escuelas que ofertaban la carrera en cinco (creo recordar que el total en España eran 9). Con el plan bolonia desaparecen las Ingenierías Técnicas, que antes tenían una duración de tres años, y también las superiores, típicamente de 5 para pasar a existir dos niveles de cualificación: El titulo de grado, de cuatro años (o créditos equivalentes) y el master universitario, de dos años más. El colegio de ingenieros de caminos está en plena campaña para la adecuación del titulo de Ingeniero superior a un master universitario, encontrándose la oposición de las autoridades en materia de educación.

Mi opinión es simple y se resume en dos puntos:

a) No podemos pedir que se nos equipare a master solo por haber estudiado uno o dos años más del titulo de grado ya que el máster no son solamente dos años, sino que comprende una especialización, algo similar a un doctorado y una formación especifica. El principal argumento del colegio es comparar los años de estudio como en una balanza de pesar fruta, sin prestar atención a los deficientes planes de estudios que atendimos en universidades endogámicas y manifiestamente mejorables.

b) El que es ingeniero de caminos lo va a ser toda la vida, nunca será ingeniero civil, y viceversa. Encontraremos más competencia en oposiciones y, al acudir al extranjero, tendremos que dar explicaciones complementarias. Nada de esto me parece demasiado importante.

Aprovechando que el Ebro pasa por Zaragoza (ya está bien del Pisuerga, ¿no?), casi todos los ingenieros técnicos están haciendo cursos complementarios que les permiten acceder al titulo de grado. Existen universidades que en busca del negocio lo dan online, semipresencial (pero muy muy semi, sin casi acudir) y en unos meses, devaluando la obtención de dicho titulo, cobrándolo básicamente, lo cual es claramente denunciable. Hoy en día son cuarenta y tantas universidades las que ofrecen el titulo de grado, conduciendo inevitablemente a su devaluación, en plena competencia por el alumno, como los monos por una galleta. Lo de Universidad (universal, convivencia, multi cultural) es otro tema, quizás aun más lamentable, en cada pueblo, en cada esquina.

http://yaq.es/carreras-universitarias/ingenieria-y-arquitectura/ingenieria-caminos-canales-y-puertos-ingenieria-civil

Sé que soy poco corporativo en ésto pero es que si no paramos de devaluar nuestro oficio, ¿que podemos esperar del resto? El día en que volvamos a ser respetados, nadie se preocupará de si somos máster o no.

Ingenieros por el mundo

Un amigo en Colombia, otro en Abu Dhabi, otro en Singapur. Un compañero de trabajo, a Ecuador. Otro pensando en México, otro marchó a chile hace un tiempo, al igual que el hermano de un amigo, también ingeniero, que ahora está en Irlanda. Es un listado interminable. Los ingenieros que conozco, normalmente son más que aptos, son managers en sentido amplio, con conocimientos multi disciplinares y capacidad de trabajo. El auge de las constructoras y empresas de ingeniería de este país ha ido de la mano de aquéllos ingenieros que son capaces de llevar una obra desde cero equipados con un portátil y un móvil. En USA serían Managers de primer nivel, aquí jefes de obra o de grupo. En ésto si que creo que somos punteros. Que las obras no sean rentables socialmente no significa que las constructoras son más que capaces de hacerlas y los técnicos de dirigirlas y asesorarlas, con unos controles de costes y calidad amplios y precisos. Las obras se hacen muy bien, a pesar de contratos viciados, adjudicaciones dudosas y proyectos mejorables. 

Fruto de esta capacidad desarrollada, tenemos grandes empresas de construcción y de ingeniería. Pero la gran paradoja es que las obras que hicieron, tan bien, como uno más de los factores, condujeron a este país a una crisis que ahora les expulsa. Ocurre también con investigadores y otras profesiones, me cuentan, y el hecho es que estamos perdiendo a grandes profesionales, cualificados como el que más. Es una catástrofe. ¿que hacen los políticos? Pues entre nada y menos que nada. La parálisis de la obra pública tampoco ha atendido a ningún tipo de criterio, como debiera haber sido. Si una obra es rentable, hágala, es inversión, en cualquier situación. Si no lo es, no la haga, es dispendio, en cualquier situación. Y defienda a sus profesionales. Esperanza Aguirre, como salida a los profesionales, ofreció clases de alemán. Te quiero, cariño, pero ahí está la puerta.

Conclusión

Elegí este oficio de manera inconsciente, con 18 años, y a medida que pasa el tiempo, lo voy queriendo, poco a poco. A algunos os parecerá que soy demasiado crítico y, quizás lo sea: Es lo que pasa cuando se quiere algo a pesar de no gustar.

Firmado: Un ingeniero cualquiera, a veces un gladiador, por increíble que parezca, mientras corres como si te llevara el viento.




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