lunes, 25 de julio de 2011

Querido Tony

En el último momento de claridad que tuve en el purgatorio expresé: "Tengo 46 años, no sé quien soy ni adonde voy"....; poco después, tras caerme por las escaleras, el doctor me preguntó "¿Como se llama usted en realidad?" a lo que contesté:
- "Que más da si dentro de poco ya no me conoceré" -



Cada uno entiende sus crisis como le da la gana, Anthony estuvo a punto de rendirse en varias ocasiones.  Hay momentos en que solamente nos queda el amor, las miserias se esfuman cuando el dolor se enciende.
Decía que cada uno llora por lo que le da la gana, no es necesario seguir un patrón. También es necesario sentir el dolor de dentro afuera sin necesidad de justificar nada. A veces insensible, a veces no, sin patrones. Lo único que importa es la familia.
Cada uno con su crisis, pasándolas de la mejor manera posible pero en soledad. Deshaciendo enredos, matando víboras, abandonando perros. Callejeando. Pero siempre en soledad, que para eso somos únicos. Nadie sabe como me sentí cuando dispararon a mi sobrino o cuando pulsé "unfriend". Nadie entendería porque lloro o porque no lloro. Ni siquiera Otis Redding.


Un  pedazo de Marzo en un frío Julio

Sabes desde que me conoces que he perdido el sentido del olfato, literal y literariamente. Fumo demasiado como para que mi nariz sirva para algo y me intento beber la vida a sorbos tan grandes que no existe el futuro reciente…
No sé donde estoy, me encuentro perdido sin ti, pero no te quiero a mi lado…, representas lo mejor y lo peor de las personas y te quiero pero lejos…, la distancia que no pude detectar con el olfato la veo clara a través de tus manos que nunca me rozan.
No me mereces, vive con ello, te llevaste mi ego y me convertiste en un infeliz…
Esto no es un adiós, es un hasta nunca.

Tony Soprano forever.


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