miércoles, 17 de agosto de 2011

3 meses y un dia sin fumar

Poco a poco vamos recorriendo el camino. Move me saca unos días (como diez) y Luis se ha puesto a ello hace un mes y pico. Ésto pinta bien!

Empecemos por los daños colaterales: he engordado aproximadamente 5 kilos, aunque seguro que también han tenido algo que ver las vacaciones mega-gastronómicas que me he pegado por Foz, al norte de Lugo. Cuando uno lee la abundante literatura que relaciona dejar de fumar y engordar le parece que es algo como inevitable, una especie de reacción corporal inconsciente el hecho de coger peso. Pues no. Lo único que pasa es que comes más y, claro, engordas. Cuando fumas siempre estás haciendo algo, siempre tienes las manos ocupadas y ahora toca no hacer nada. En ese periodo de transición y hasta que te acostumbras, comes pipas, te haces un sandwich etc.... Es como si fuera una ansiedad de baja intensidad. Yo al cabo de tres meses ya estoy dejando los puñeteros frutos secos y pienso ir a nadar al menos una vez al día. Además las cenas las voy a controlar. Esperemos que funcione.

El resto, todo positivo. Lo mejor y más reseñable es que realmente no es tan difícil dejar de fumar. El mono físico dura días y, pasados esos días, solamente requiere un ligero esfuerzo cuando ves a alguien fumar a gusto. En ese momento te apetece fumar, te devorarías un cigarrillo, pero es solo un momento. Al cabo de unos segundos ese deseo ya está olvidado. A aquellos fumadores con voluntad de dejarlo les diría que es más fácil de lo que creen: El único requisito indispensable es estar convencido de querer dejarlo. Las Chanpix ayudan (claro!) pero solo eso. El que crea que las toma y lo deja se equivoca. Lo realmente importante es estar convencido.

Más cosas positivas: Recuperar el sentido del olfato, al cabo de días ya lo tienes (lo dije en la anterior entrada). Por cierto, el olor que mejor se detecta (de largo) es el de tabaco ajeno, el cual, he de decir, no me molesta en absoluto. De hecho me gusta.
Realmente de 23 días a 92 que van de una entrada a otra del blog acerca de mi experiencia dejando este puñetero hábito no hay grandes diferencias. Las mayores sensaciones se dan al principio. Y una vez que has emprendido un camino sin meta conocida no es de recibo volver al principio. El pensamiento "si fumo ahora echo por la borda un montón de trabajo bien hecho" no me abandona y me lo repito cuando me viene ese segundo de debilidad.

Y por último dos mitos que creo que son falsos: No cambia el humor y no te vuelves intolerante hacia los fumadores. El primero no debería juzgarlo yo pero creo que es un hecho, no tengo peor humor ahora que antes o al menos nadie me lo ha recriminado.Y los ex fumadores recientes que tengo alrededor tampoco han mutado hacia seres irascibles. Son los de siempre.
El segundo lo considero fundamental: Me he propuesto ser el ex fumador más tolerante del mundo. De hecho la tolerancia es uno de mis principios y en este caso lo voy a llevar hasta el extremo. Considero que a todo el mundo le toca hacer un esfuerzo alguna vez y que no es normal que todo recaiga en el fumador. Si a uno le molesta que fume el de al lado tiene que entender que al fumador le molesta no fumar. Y viceversa. Así que algunas veces toca aguantar a unos y otras a otros. Como todo en la vida.

Por último una cita que siempre he creído genial.Es del ruso Sacha Guitry: .


"Si los que hablan mal de mi supieran exactamente lo que yo pienso de ellos, hablarían mucho peor"

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